En la carrera por innovar, ¿cómo detectar los proyectos del futuro?
La carrera por innovar no siempre fue así. En el mundo actual, ofrecer un producto ya existente ya no basta para hacerse un hueco en un mercado. En cambio, hace sólo unos años, ofrecer localmente un producto que ya estaba disponible en otros lugares era viable. Era una forma de satisfacer la demanda. Ahora, gracias a la globalización, cada vez es más difícil llenar un vacío cuando podemos comerciar con el resto del mundo.
Es en este contexto en el que las empresas han intentado destacar mediante sus innovaciones. En lugar de responder a una necesidad, se trata de crearla. Hay que introducir cambios significativos en los productos existentes para destacar entre la multitud.
Podemos citar algunos ejemplos de empresas que han creado una necesidad innovando, como Steve Jobs con el IPhone, o Blablacar con la democratización del coche compartido. Antes de la existencia de Blablacar, las alternativas al viaje en tren eran escasas y a menudo mucho más caras. Blablacar fue capaz de ofrecer un servicio que antes no existía. Sin hablar de dinero, 25 millones de viajeros al trimestre utilizan su sitio.
La carrera por la innovación, no sólo las historias de éxito
La carrera por innovar es sinónimo de disrupción. Sin embargo, los consumidores, al igual que sus hábitos y mentalidades, son difíciles de cambiar. A esto lo llamamos resistencia al cambio. Así que es habitual que los nuevos proyectos no generen mucho interés de inmediato. Vamos a hablar de un ejemplo que descubrirán los más jóvenes.
En 1978 se lanzó el disco láser para competir con el VHS. Se trataba de un disco con un diámetro aproximadamente similar al de un disco de 33 rpm, que contenía una película. Fue el primer soporte óptico. Con la posibilidad de añadir capítulos y su calidad mucho mayor, lo tenía todo para sustituir al famoso videocasete. Pero no era suficiente: la calidad no lo es todo. La posibilidad de grabar en VHS era una gran ventaja a la que los consumidores estaban acostumbrados. El tiempo disponible en los discos láser era de sólo 1 hora como máximo por cara, a diferencia de los K7 de vídeo, que podían superar fácilmente las 4 horas. En el momento de su lanzamiento, la prensa era optimista. Se anunciaba como el soporte ideal para los cinéfilos. Al final, duró unos diez años antes de desaparecer en el olvido. Pero, ¿qué conclusiones podemos sacar de este fracaso?
¿Éxito o fracaso? Todo es cuestión de dar un paso atrás
En primer lugar, no es realmente un fracaso. Fue el primer paso en la tecnología de los lectores ópticos. Como todas las innovaciones, siguió el «ciclo del hype». Veámoslo más de cerca.
Cuando se lanza una nueva tecnología, el entusiasmo suele despegar muy rápidamente. Éste es el caso de nuestra unidad óptica. En sus inicios, fue aclamada por muchos consumidores y profesionales por igual, junto con el Laser Disc. Era el colmo de las expectativas exageradas. Los medios de comunicación se apoderaron del tema y expresaron inmensas expectativas. Se crearon empresas, y todas se lanzaron a la carrera de la innovación. Todos recordamos las expectativas que rodeaban a las impresoras 3D en sus inicios.
Una vez pasada la euforia, entramos en la fase de desilusión. Era el fin del Laser Disc, y la lectura óptica no funcionaba. La tecnología tuvo dificultades para venderse y no satisfizo plenamente a los clientes. Las marcas dejaron de fabricar el producto tal cual, y el mercado tocó fondo. Y entonces es cuando la tecnología que ya nadie espera, y que parece decepcionar a todo el mundo, puede recuperarse.
Este es el principio de la pendiente de la iluminación. Los fabricantes estudian cómo mejorar los errores del pasado. Fue el nacimiento de productos más sofisticados y fiables. Siguiendo con la reproducción óptica, sólo 4 años después apareció el CD tal y como lo conocemos. Una innovación revolucionaria para todos los audiófilos y profesionales del ocio sonoro.
Por último, la meseta de la productividad. Por lo general, es en esta fase del ciclo del hype cuando las empresas rentabilizan su carrera por innovar. Es la democratización de la tecnología. Es accesible, fiable y cualquiera puede utilizarla.
¿Cómo identificas los proyectos futuros?
Las tecnologías innovadoras suelen seguir esta curva. Algunas, en el peor de los casos, nunca se recuperarán del abismo de la desilusión. Me vienen a la mente las Google Glass. Aunque se habló mucho de ellas, nunca hubo una verdadera locura por esta tecnología. Se quedó en algo anecdótico.
La primera regla para reconocer las innovaciones del futuro de las demás es conocer esta curva. Esto te permitirá situar la tecnología en cuestión en ella y ver si se ajusta al patrón. Lo segundo es absolutamente esencial. Que todo el mundo hable de un nuevo proceso no significa que vaya a funcionar necesariamente. Esta es la demostración misma del ciclo del hype.
En esta carrera por la innovación, no todas las empresas avanzan a la misma velocidad. Algunas avanzan más rápido que otras. Observarás que no hay una escala temporal en la curva. Algunas técnicas pueden quedar técnicamente obsoletas antes de alcanzar la meseta de la productividad. Estas tecnologías caen rápidamente en el olvido, como la videocámara DVD, que fue superada por sus competidoras de tarjeta de memoria poco después de su lanzamiento. Otro consejo es no perder de vista otros productos innovadores que podrían desarrollarse más rápidamente.
Para concluir esta carrera por la innovación
En todos los casos, sólo la paciencia nos mostrará qué innovaciones destacan entre la multitud. El sentido común sigue siendo nuestro mejor amigo. También debemos tener en cuenta que podemos influir en la clasificación en la carrera de la innovación. Las personas implicadas en los proyectos son la fuerza motriz de su desarrollo, pero las partes interesadas y los inversores son igual de importantes. Tomemos el ejemplo del IoT (Internet de las Cosas). Se habla mucho de ellas en este momento, y permiten conectar muchas cosas. A nadie le sorprenderá ver un frigorífico conectado hoy en día. El valor añadido real aún no es evidente. Sin embargo, los usos de la IoT se están desarrollando, sobre todo en la industria, donde las ganancias son reales. Los datos todavía se recogen a menudo utilizando papel y lápiz. El resultado es una fiabilidad media y tareas que llevan mucho tiempo. Esta es la pendiente de la iluminación.
Ten esto en cuenta: si quieres que una innovación tenga éxito, apóyala como puedas. Si te ves como cliente, cómprala. Si eres una parte interesada, habla de ella. Y si puedes, ¡invierte!